El 20 de mayo
del año 2007, la oficial de policía Rose Smith estaba a cargo del caso de
Mackenzie Brown por homicidio agravado. Brown poseía una muy marcada
personalidad psicopática pues carecía de empatía, no sentía culpa, tenía un
estilo de vida parasitario, cosificaba a las personas a su alrededor, tenía una
autoestima inflada, sufría de ataques súbitos de ira, era manipulador y
promiscuo; pese a ello era una persona carismática (de ahí sus muchas amantes).
Era considerado uno de los grandes homicidas de la historia de Estados Unidos y
uno de los más buscados; sin embargo, cuando la policía estatal intentaba
capturarlo, este siempre escapaba gracias a las relaciones que tenía con
narcotraficantes y homicidas de segundo grado. El 20 de mayo del 2007, en horas
de la tarde, la oficial Rose Smith recibió una llamada por parte de sus
superiores en la cual se le informaba el paradero del homicida ya mencionado.
Dicha información motivó a Smith a ir en búsqueda del hombre que ella consideró
un peligro para la sociedad. Llegó al bar, lugar en el que estaba este
individuo, donde entró con cautela; pensaba en cada crimen que había cometido
Brown, era su oportunidad de manifestarse en contra de la abyección y de tanto
daño social, ese bien común que ella perseguía desde su niñez. Al interrumpir
en este lugar, frio y vacío, el delincuente corrió desmedido, tomó su vehículo
y emprendió la huida. Ella en una mezcla de temor y coraje, lo persiguió.
Encendió la patrulla, y con voz agitada pidió refuerzos. En su afán de
alcanzarlo, mostró gran versatilidad durante cuatro a cinco minutos, pero ese
gran deseo, se convirtió en el motor de su gran ignominia, al perder el control
del vehículo y rodar a lo largo de la autopista. Su cuerpo salió por el
parabrisas, sonriéndole a la muerte, cayó a gran velocidad. Sus órganos, en
inminente contusión, se destrozaron, un fuerte golpe en su cabeza, aceleró
miles de reacciones que acabaron con el conducto normal de su cerebro. Minutos
después llegó la ambulancia, encontrándola en el suelo cubierto de sangre la
recogieron.