Se trata de un
paciente femenino de 34 años de edad llamada Rose, diestra, de escolaridad
secundaria completa, de profesión oficial de policía; la cual sufrió una lesión
a nivel del órgano fisiológico por un accidente automovilístico al hacer una
persecución policial. La paciente sufrió un traumatismo craneoencefálico severo
en la región cortical posterior; lo que dio como resultado la pérdida del
olfato, gusto y presencia de crisis intensas caracterizadas por rigidez
generalizada, las cuales van acompañadas por pérdida de consciencia y control
de esfínteres. El tipo de trauma que sufrió la paciente fue cerrado (Montañes & Brigard, 2005). Dentro de las
características importantes de este trauma se destaca que el cerebro, debido al
fuerte impacto que sufre, se desplaza a una velocidad menor que el cráneo lo
cual hace que se golpee en los bordes filosos afectando las puntas de los
lóbulos frontales y temporales (Montañes &
Brigard, 2005). Como repercusiones ella cursa con anosmia, convulsiones
tónico – clónicas generalizadas, complejas con relajación de esfínteres además
de desorientación en las dos de las tres esferas (tiempo y lugar). De acuerdo
al caso, el hecho de que la paciente presente convulsiones tempranas es un
indicador del alto grado de severidad del trauma con daño tisular focal y que
generalmente se debe a objetos contundentes o cortantes y penetrantes (Montañes & Brigard, 2005). Por otra parte
la región temporal bilateral compromete funciones de audición, memoria y
comprensión del lenguaje, especialmente a las partes preceptivo espaciales y
las imágenes del lenguaje (Fajardo & Moya,
1999). Durante la evaluación Neuropsicológica mostró la conservación de
todos los modos de comprensión de los distintos sonidos del lenguaje, se notó
desorientada en tareas básicas de seguimiento de pautas con contenido espacial,
gran desorden en la utilizaciones de preposiciones de comparación, atribución,
relativas y locativas por lo que en lecturas con gran contenido gramatical
presentó un número de errores mayor a las que cometió con un texto más simple
teniendo en cuenta que tenía hábitos de lectura regular básica antes del
accidente, con lo que concluyeron el diagnóstico de afásica semántica.
Durante un
tratamiento neuropsicológico de seis meses, con dos sesiones por semanas, cada
una de sesenta minutos de duración se obtuvo una gran evolución de la condición
afásica semántica de la paciente, se notó gran independencia en su vida
cotidiana como la de andar sin acompañante a distintos sitios de su ciudad de
residencia y trabajo, siempre recordando direcciones y rutas. También tuvo un
gran avance respecto a la comprensión de textos y adoptó un hábito de lectura
regular posterior a este tratamiento. Con gran satisfacción su familia reportó
grandes cambios de memoria de la paciente, motivación y de su comportamiento.